Los vuelos militares, de 1922 a 1925,
y el transporte del primer correo aéreo.

En 1922 llegó una flota de hidroaviones del ejército norteamericano a Limón, procedente de Panamá. El Presidente, don Julio Acosta, fue a recibirlos al Puerto, y los pilotos le llevaron a un vuelo sobre el mar Caribe, convirtiéndose así en el primer Presidente de Costa Rica en volar.

El Ministro (Embajador) de los Estados Unidos en Costa Rica, Mr. Roy T. Davis, colaboró  para traer una flotilla de aviones de la Zona del Canal de Panamá, como espectáculo para las fiestas cívicas de fin de año. El 27 de diciembre de 1923, 3 biplanos De Havilland DH4 del Air Service del Ejército de Estados Unidos llegaron a La Sabana, donde los esperaban el  Presidente de la República, don Julio Acosta, y el Ministro Davis, ambos grandes entusiastas de la aviación y miles de espectadores. Este fue entonces el primer vuelo internacional de Panamá a La Sabana.

Los aviones y pilotos se quedaron el fin de año en el país. Para entonces, unos intensos aguaceros habían interrumpido la vía férrea y el telégrafo a Limón, y en San José había una enorme cantidad de correo acumulado. Los aviones y sus tripulantes, prestaron un gran servicio al gobierno de Costa Rica al transportar parte del correo acumulado hasta Limón. El 5 de enero de 1924 a las 10 de la mañana hicieron un primer vuelo llevando 14 sacos de correo, que dejaron caer en la plaza de futbol de Limón. A las 4 de la tarde hicieron otro segundo vuelo con otros catorce sacos. El 7 de enero hiceron otro vuelo con correo. El 9 de enero se fueron a la Zona del Canal a traer gasolina y una tripulación adicional y regresaron a San José el 12 de enero. Entre tanto en Zent, cerca de Limón, los vecinos habían hecho un campo de aterrizaje improvisado. El 13 de enero los aviones pudieron aterrizar allí con muchas dificultades, y en el vuelo de regreso trajeron 35 sacos a San José. Ese mismo día se regresaron a Panamá. En esa forma imprevista se produjo el primer traslado de correo aéreo nacional en el país.

Para contrarrestar la influencia de europeos en América Latina que buscaban vender aviones y establecer escuelas de vuelo y aerolíneas en el continente, el gobierno norteamericano dispuso utilizar en una misión de buena voluntad por los países centroamericanos a principios de 1924 los aviones que pertenecían al United States Army Air Service, del Grupo Operacional Número 6, y que estaban estacionados en la Zona del Canal para custodiar el canal, abierto en 1914. A este vuelo se le denominó el Vuelo Centroamericano. El 4 de febrero de 1924 una flotilla de un bombardero Martin B2 y dos biplanos De Havilland, al mando del Mayor Raycroft Walsh, partió de la Zona del Canal hacia Costa Rica. Al llegar le hicieron la cortesía al Presidente, don Julio Acosta, de llevarlo a volar y transmitieron por primera vez en el país un mensaje desde el avión a un receptor en tierra.  El 7 de febrero continuaron a Managua, Nicaragua, y luego a El Salvador y Guatemala. En todas las capitales centroamericanas los aviadores fueron recibidos con gran entusiasmo por el público y los presidentes de las repúblicas. El vuelo fue un éxito en cuanto a su objetivo de cosechar buena voluntad y explorar las rutas aéreas.

El 9 de junio de 1924 aterrizaron cuatro aviones militares procedentes del Canal en tránsito a Managua, y al día siguiente,10 de junio, llevaron al Presidente don Ricardo Jiménez a dar una vuelta sobre el Volcan Poás y la meseta central.

El 30 de diciembre de 1924 llegaron tres aviones militares de la Zona del Canal y el 2 de enero de 1925 arribaron otros tres más. Estos aviones traían  la primera correspondencia  internacional entre Panamá y Costa Rica. Al regresar a la Zona del Canal el 4 de enero de 1925, llevando el primer correo entre Costa Rica y Panamá uno de ellos se estrelló en el despegue y se incendió. La tripulación no sufrió daños aunque se dañó parte del correo a bordo.

El 8 de mayo de 1925 llegaron cuatro aviones militares de la Zona del Canal, para festejar los dos años de la presidencia de don Ricardo Jiménez. Como confirmando la superstición sobre el número 13, al regresar al Canal el 13 de mayo el último en despegar, que llevaba el número 13, se estrelló contra los cables de alta tensión en la esquina noreste de La Sabana pues le falló el motor, pereciendo los dos pilotos. Este fue el primer accidente de aviación que cobró víctimas mortales en nuestro país.

En 1926 también hubo otros vuelos militares de la Zona del Canal, que trajeron y llevaron correspondencia.

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